Como Maestro Zoly de la Formación Zolemgeh Estrella, he logrado cambiar el concepto tradicional de ABUNDANCIA ya que antes lo veía estrictamente desde la parte monetaria o material y descartaba la abundancia y opulencia en otras ares de mi vida, desgastando así mi visión de cuan abundante y opulente era y esto atraía pobreza y limitaciones en mi vida…
Ahora bien, hablemos un poco de este tema y profundicemos en algunas ideas que podrán aportar a las personas que lean este artículo.
La abundancia es un concepto que trasciende la mera acumulación de bienes materiales. Desde un punto de vista espiritual, entender la abundancia implica reconocer su presencia en todas las áreas de la vida, incluyendo la familia, la salud, el amor y el crecimiento personal entre otras áreas. Este enfoque integral nos permite cultivar una vida plena y enriquecedora, donde cada aspecto es valorado y nutrido.
En el ámbito familiar, la abundancia se manifiesta a través de relaciones saludables y significativas. Como hombres, es fundamental asumir el rol que deseamos y hemos acordado con nuestra pareja tener ya sea quizás el de proveedores o de receptores, en caso de proveedores emocionales por ejemplo, es creando un entorno donde nuestros seres queridos se sientan seguros y amados. La conexión emocional fortalece los lazos familiares, permitiendo que la abundancia fluya a través de la comunicación abierta y el apoyo incondicional. Al invertir tiempo y energía en nuestras relaciones familiares, cultivamos una atmósfera de amor y respeto que enriquece nuestras vidas. Cuando logramos estabilidad y bienestar en este aspecto, irradiamos no solo nuestra área de prosperidad económica si no el AREA DE ABUNDANCIA INTEGRAL.
La salud, otro pilar esencial de la abundancia, es un reflejo del cuidado que nos brindamos a nosotros mismos. Por ejemplo adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una nutrición adecuada, mejor si es vegana o vegetariana, pero si no al menos que sea lo más equilibrada posible y amigable con la tierra y tu cuerpo, aquí quizás vale la pena preguntarte si comes para satisfacer tu lengua o para cuidar y nutrir tu cuerpo y tus órganos; adicionalmente el ejercicio regular y prácticas de bienestar emocional, es clave para mantener un equilibrio.
Hablando ahora de la espiritualidad, esta juega un papel crucial aquí; meditar o practicar la atención plena puede ayudarnos a conectarnos con nuestro cuerpo y mente, permitiéndonos reconocer las señales de nuestro ser y responder a ellas. Al priorizar nuestra salud, no solo nos beneficiamos a nosotros mismos, sino que también nos convertimos en modelos a seguir para quienes nos rodean.
El amor es la fuerza más poderosa en nuestro viaje hacia la abundancia. Al abrir nuestros corazones y permitir que el amor fluya, creamos un espacio donde las relaciones pueden prosperar. Recuerda que el corazón decide, crea e integra nuestras manifestaciones desde la Fe y la Certeza, esto no se limita solo a las relaciones románticas, sino que se extiende a la amistad y la comunidad. Al demostrar amor y compasión hacia los demás, cultivamos un ambiente donde la abundancia se multiplica. La espiritualidad nos enseña que el amor incondicional es una fuente inagotable de energía que, cuando se comparte, regresa a nosotros de maneras inesperadas y gratificantes.
El crecimiento personal es otro componente vital de la abundancia integral. Como hombres, a menudo nos enfrentamos a la presión de ser fuertes y autosuficientes, pero es crucial reconocer que pedir ayuda y buscar el crecimiento no nos hace más débiles. La espiritualidad nos guía hacia la auto-reflexión y el aprendizaje continuo, permitiéndonos abrazar nuestras vulnerabilidades y transformarlas en oportunidades de crecimiento. Al dedicar tiempo al desarrollo personal, ampliamos nuestras capacidades y nos preparamos para recibir la abundancia que la vida tiene para ofrecer.
Además, es importante reconocer que la abundancia no es solo una cuestión individual. Al contribuir a nuestra comunidad y ayudar a los demás, generamos un ciclo de abundancia que trasciende nuestras propias vidas. La espiritualidad nos enseña la importancia de la generosidad y el servicio, recordándonos que lo que damos regresa a nosotros multiplicado. Pero es importante hacerlo desde el corazón y no teniendo en mente el efecto boomerang (lo que doy regresa a mi multiplicado) cuando lo hacemos así restamos abundancia y opulencia;
Al involucrarnos en causas que nos apasionan, no solo mejoramos la vida de los demás, sino que también encontramos un propósito más profundo en nuestra propia existencia.
La conexión con la naturaleza es otro aspecto crucial que no debe pasarse por alto. La abundancia se manifiesta en el mundo natural que nos rodea. Pasar tiempo al aire libre, apreciar la belleza de la tierra y cultivar una relación con el medio ambiente nos recuerda que somos parte de un todo más grande. Esta conexión espiritual con la naturaleza no solo nutre nuestro bienestar emocional, sino que también nos inspira a vivir de manera más consciente y sostenible. Solo se consciente de cuando abundante y opulente eres al tener la posibilidad de respirar, de observar paisajes, de sentir la briza y de contemplar cuanta maravilla creo Padre Madre Dios en la naturaleza.
Es esencial también entender que la abundancia implica gratitud. Reconocer y agradecer lo que tenemos nos permite abrirnos a recibir más. La práctica de la gratitud nos conecta con el presente y nos ayuda a ver las bendiciones en nuestras vidas, incluso en los momentos difíciles. Al adoptar una mentalidad de abundancia, transformamos nuestra perspectiva y comenzamos a atraer más experiencias positivas.
Finalmente, la abundancia integral nos invita a vivir con propósito y pasión. Al alinear nuestros objetivos con nuestros valores y deseos más profundos, creamos una vida que resuena con autenticidad. La espiritualidad nos guía en este proceso, ayudándonos a descubrir nuestro camino y a seguirlo con determinación.
En conclusión, la abundancia es un concepto integral que abarca todos los aspectos de nuestra vida. Desde la familia, la salud y el amor, hasta el crecimiento personal y la conexión con la comunidad, cada uno de estos elementos está interrelacionado. Al adoptar un enfoque espiritual hacia la abundancia, cultivamos una vida rica en significado y propósito, donde cada día es una oportunidad para experimentar y compartir la abundancia que nos rodea.
MZ. Bonil Illingworth
Chiec EMI Liderazgo
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Ig. Liderazgo.chiec.emi
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