top of page

Papá, Jesús y la Presencia que Me Sostiene

Hoy quiero escribir algo que nace desde un lugar muy profundo dentro de mí: la importancia de tener una buena relación con papá. No solo con el papá terrenal, con quien compartimos historias, silencios, aprendizajes y quizá también heridas, sino con esa figura paterna que muchas veces se siente más grande, más amorosa, más eterna. Hablo también de El Maestro Jesús.


Tener una buena relación con papá va mucho más allá de celebrar el Día del Padre o agradecer por los momentos bonitos. Es un proceso interior. Es mirar hacia atrás y también hacia adentro. Es reconocer cuánto influye esa presencia en la forma en que nos amamos, nos valoramos, y nos sentimos merecedores de la vida.


En mi camino, he tenido momentos de mucha confusión con respecto a la energía masculina. A veces, no sabía si confiar. No sabía si era seguro abrirme o si simplemente tenía que ser fuerte, sola. Pero ahí es donde entra El Maestro Jesús. Su amor ha sido mi ancla.


El Maestro Jesús me ha mostrado que la energía masculina no tiene que ser rígida ni distante. Puede ser dulce. Puede ser firme y a la vez compasiva. Su presencia en mi vida me ha permitido resignificar la figura del padre. Me ha enseñado que un verdadero padre no solo protege, también escucha, abraza, guía sin imponer, ama sin condiciones.


Yo lo siento caminando a mi lado. En momentos de duda, su voz me llega como un susurro lleno de calma. En momentos de alegría, lo imagino sonriendo conmigo. Y en los días más difíciles, cuando no entiendo nada, su abrazo invisible es el que me sostiene.


Gracias a Él he podido ver a mi papá con otros ojos. No como un hombre perfecto, sino como un ser humano que también tuvo sus batallas. Que quizá dio lo que pudo, como supo, desde su historia. El Maestro Jesús me ayudó a abrir el corazón, a sanar cosas que ni siquiera sabía que estaban rotas.


Y no solo con mi papá, sino conmigo misma. Me ha mostrado que esa energía paterna también vive dentro de mí. Que puedo cuidarme, protegerme, sostenerme. Que tengo derecho a sentirme segura, guiada, amada, no solo por los de afuera, sino desde adentro.


Por eso hoy, al mirar la relación con papá, lo hago desde un lugar más amoroso. No se trata de idealizar ni de negar lo que dolió. Se trata de encontrar sentido, de dejar que el amor haga su trabajo, de permitir que la presencia del Maestro Jesús transforme lo que parecía imposible de cambiar.


Escrito por MZ Sananda Morales

+1-813-362-2085



ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page