top of page

Padres Conscientes: Criar desde el Ser y no desde el Ego

¿Y si te dijera que tus hijos no necesitan ser “criados”… sino que tú necesitas ser “despertado”?

Sé que suena impactante, pero es una de las verdades más hermosas (y retadoras) que he descubierto como madre y como Coach Angelical de Vida.

Nuestros hijos no son un proyecto para moldear. Son almas que nos eligieron como sus guías. Vinieron para enseñarnos, para ayudarnos a recordar quiénes somos en esencia y para mostrarnos, con amor y a veces con desafío, las partes de nosotros que necesitan sanar.


¿Qué significa ser un padre consciente?

La Dra. Shefali Tsabary, lo resume así: “La crianza consciente no se trata de corregir al niño, sino de corregir al padre que reacciona desde el ego.”


Y esa frase fue un antes y un después para mí. Porque entendí que mi trabajo como mamá no era “formar” a mis hijos a mi imagen y semejanza, sino acompañarlos a ser quienes vinieron a ser. En la Formación Zolemgeh Estrella, aprendí algo que me marcó: los hijos no nos pertenecen. Son almas libres que eligieron nuestra guía, no nuestro control. Por supuesto, necesitan valores, estructura y amor, pero no desde la imposición ni desde la herida… sino desde la presencia y la conexión.


El ego parental: cuando criamos desde nuestras heridas


El ego no siempre es arrogancia. A veces es miedo, inseguridad o necesidad de aprobación. Y ese ego se cuela en frases como:

“Mi hijo tiene que ser exitoso” (¿para quién realmente?)

“Mi hija no puede equivocarse” (¿es tu miedo al error hablando?)

“Tiene que estudiar esto, ganar tanto, verse de tal forma…”


Cuando criamos desde el ego, proyectamos en nuestros hijos nuestras carencias no resueltas. Y ellos, con su forma única de ser, presionan esos “botones” que no hemos sanado… hasta que decidimos mirarlos.


Tip para padres:

La próxima vez que reacciones con enojo o juicio, haz una pausa y pregúntate:


“¿Qué parte de mí se sintió herida o amenazada en este momento?”


De la reacción a la conexión


La verdadera magia ocurre cuando dejamos de reaccionar y comenzamos a conectar.

La presencia es el regalo más valioso que podemos dar. No hablo solo de estar físicamente cerca, sino de estar emocionalmente disponibles.


Recuerdo el día en que mi hijo me dijo:

“Mamá, prefiero que me mires a los ojos aunque lleguemos tarde, a que grites porque no hemos salido a tiempo.”


Ese momento me recordó que la conexión vale más que la perfección.


Ejercicio práctico: El Rincón de la Conexión


Te invito a probarlo esta misma semana:


1. Busca un lugar tranquilo fuera de la rutina (un parque, una cafetería, una caminata).

2. Deja pantallas y distracciones de lado.

3. Haz preguntas abiertas como: o “¿Qué fue lo mejor de tu día?” o “¿Hubo algo que te preocupó o molestó? ”o “¿Qué necesitas de mí ahora?”

4. Escucha sin interrumpir.

5. Cierra agradeciendo: “Gracias por confiar en mí. Amo escucharte.”


Sanar para criar

Algo que aprendí en mi camino personal es que no puedo dar amor pleno si no me lo doy primero a mí misma. Sanar a mi niña interior ha sido clave para no proyectar en mis hijos mis

miedos y heridas. Cuando yo me abrazo y me acepto, ellos reciben una versión más libre y auténtica de mí.


Ser un padre consciente no es un destino, es un viaje. Un viaje que empieza por mirarte al espejo y preguntarte: “¿Estoy criando desde el miedo o desde el amor?”


Recuerda:

Tus hijos no necesitan padres perfectos, necesitan padres despiertos, presentes y humanos.

Ellos te eligieron para que tú recuerdes quién eres… Para que ellos nunca lo olviden.


Si este mensaje resonó contigo, te invito a unirte a mis talleres y sesiones de coaching donde juntos exploraremos herramientas para vivir y criar desde el alma. Porque cuando tú sanas… tu familia florece.


Reto de 7 Días: Activando la Crianza Consciente

Te propongo un reto sencillo para iniciar este camino:

Día 1: Pregúntale a tu hijo: “¿Qué es lo que más te gusta de pasar tiempo conmigo?” y escucha sin interrumpir.

Día 2: Haz algo que le encante, aunque sea pequeño (ver su serie favorita juntos, jugar un rato, cocinar).

Día 3: Practica una conversación de 10 minutos sin dar consejos, solo escuchando.

Día 4: Comparte con tu hijo una historia de tu infancia, incluyendo una emoción que sentiste.

Día 5: Realicen una actividad física juntos (caminar, bailar, jugar algo activo).

Día 6: Escríbele una nota o mensaje breve diciéndole algo que admiras de él/ella.

Día 7: Pregúntense mutuamente: “¿Qué fue lo mejor de esta semana?” y agradezcan por esos momentos.


Al final de los 7 días, pregúntate: ¿Qué cambió en nuestra conexión?


Te aseguro que notarás más cercanía, comprensión y alegría compartida.


Escrito por Maestra Zoly Sananda Morales

WhatsApp: +1-813-362-2085

Instagram: @chiec.eco.alitas

Facebook: CHIEC-ECO.ALITAS


ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page